sábado, 10 de julio de 2010

Esclavos del reloj

Somos esclavos del reloj, pero aun así no queda tiempo. Se han agotado los minutos, se han desvanecido los silencios. Cada instante se va inundando de recuerdos, a los que se les suma el presente, lo que ocurre en el momento. Una mezcla explosiva que se fusiona con el futuro, para dar un consecuente cocktail de pensamientos que no saben a donde disparar. Que arma tan poderosa ha de ser la de los segundos que estancados nos han dejado para no poder avanzar. Soy esclava del reloj, y del paso del tiempo. Soy esclava del reloj, tal vez porque todavía te espero.

viernes, 9 de julio de 2010

Matando corazones.

Tomando entre mis manos aquel arma letal conocida como amor, apunté directamente a tu vida. Temblando por miedo a errar disparé a tu corazón. Mientras caías al cielo dude sobre aquel tiro que había hecho sangrar las penas que guardabas. Desde el suelo te miraba subir, mezclarte con el aire. ¿Que pasaba a mi al rededor que todo se teñía de gris? Desde el cielo me mirabas como diciéndome adiós. Tomando entre mis manos aquel arma letal conocida como amor, apunté a mi pecho. Logré el disparo certero que por los aires me elevó. ¿Que pasaba bajo mis pies que el suelo parecía no existir? Desde el cielo nos veía cada uno por su lado. Había acabado con nuestro amor, que jamás había existido.