jueves, 14 de enero de 2010


De a poco me fue convenciendo. Mientras acariciaba mi pelo y me miraba fijamente a los ojos pronunciaba esas palabras de las que nadie se olvida. Esas cinco letras que quedan grabadas en la memoria de cualquier ser. Solo dos palabras que cambiarían mi vida para siempre.
Tomando su mano izquierda entre mis manos lo miraba silenciosamente observando como sus labios se movian con el correr de las letras. Y él con su mano derecha colocaba mi pelo dentras de mis orejas de una forma mágica. Simplemente fue un instante en el que ya nada parecia importar. El mundo se habia detenido en sus ojos.
-Te amo- me dijo, y asi volvio a cambiar la historia.

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