sábado, 10 de julio de 2010

Esclavos del reloj

Somos esclavos del reloj, pero aun así no queda tiempo. Se han agotado los minutos, se han desvanecido los silencios. Cada instante se va inundando de recuerdos, a los que se les suma el presente, lo que ocurre en el momento. Una mezcla explosiva que se fusiona con el futuro, para dar un consecuente cocktail de pensamientos que no saben a donde disparar. Que arma tan poderosa ha de ser la de los segundos que estancados nos han dejado para no poder avanzar. Soy esclava del reloj, y del paso del tiempo. Soy esclava del reloj, tal vez porque todavía te espero.

No hay comentarios: